Nuestro coche dispone de una larga lista de elementos de seguridad que nos permiten una conducción cómoda protegida de incidencias. Una de las más importantes a la hora de permanecer indemnes dentro del habitáculo ante un elemento extraño es la luna o parabrisas del coche. Esta pieza que recubre todo el frontal superior ha avanzado mucho en materia de seguridad con el paso de los años y se compone de vidrio laminado, conjugando una alta capacidad de seguridad para los ocupantes del vehículo con el mantenimiento de la visibilidad sobre la carretera, que se requiere como imprescindible para una conducción eficaz.
La rotura de la luna delantera del automóvil es un incidente que, dados los avances tecnológicos, no siempre significa su reposición. Por contra, hay casos en los que hay que cambiarla a pasar de que no haya señales de rotura. La vida útil de un parabrisas se suele cifrar por parte de los fabricantes en unos 150.000 kilómetros ya que su uso continuado puede ir deteriorando sus características y funcionalidades de manera que sea cada vez menos segura y perdamos visión.
Si percibimos una incidencia en nuestra luna no siempre significa un cambio. Pero es conveniente que atajemos a tiempo cualquier suceso.
– Si la luna aparece rayada puede presentar marcas por el desgaste y el uso continuo, que pueden derivar en una menor visibilidad a su través, que dificulte una idónea percepción de lo que sucede al otro lado. Es importante que en cuanto notes esas ralladuras acudas a un taller y no dejes que problema vaya a más.
– Si lo que ha sucedido es que ha recibido un impacto, la fractura ocasionada puede parecer al principio casi imperceptible, pero con el tiempo puede acabar teniendo consecuencias más costosas y obligando al cambio de la pieza completa.
– Otra circunstancia que puede ocurrir es que las láminas de la luna sufran un deterioro y comiencen a despegarse en el borde, dando sensación de que se está empañando. Esta situación va a requerir el cambio de la luna ya que el laminado ha sufrido una degradación.
– Si ha aparecido una grieta la situación también se nos puede ir de las manos ya que va a ir a más si no la atajamos a tiempo.
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