Encontrar piezas para tu vehículo en un desguace es una opción asequible que seguro que te va a permitir repararlo sin un gasto desorbitado. Estas piezas de desguace son consideradas adquisiciones de elementos de segunda mano y por esa condición la garantía que deben asegurarte en el lugar de compra será de 1 año como mínimo. Aun así es conveniente estar informado de todos los detalles que rodean a esta opción ya que algunas cuestiones relativas a esas piezas pueden incluso reducir esa garantía.
Los desguaces ofrecen dos tipos de piezas según sus condiciones y tratamiento. Hemos de saber que los recambios pueden ser catalogados como usados o reconstruidos. Los usados son aquellos que vamos a encontrar directamente en el desguace provenientes de vehículos descartados. Estas piezas deben ser verificadas para garantizar su buen funcionamiento antes de ponerse a la venta. Por el contrario, los restaurados han pasado un proceso de puesta a punto en el que se desmontan, rectifican e incluso prueban, siendo los más habituales los procedentes de motores o cajas de cambios reutilizados de vehículos desechados por sus propietarios.
Ambos tipos de recambios están regulados por el Real Decreto 1/2007 sobre la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, que marca los plazos de garantía que deben disfrutar sus compradores. Si la pieza falla en el primer semestre desde su compra es obligación de la empresa demostrar que el fallo no era inherente a la pieza cuando se adquirió. Si la avería se produce en el segundo semestre deberá ser el comprador el que deba demostrarlo. Si al comprar el recambio hemos cometido un error al seleccionar la pieza y no nos sirve, o es defectuosa, el desguace puede ofrecernos la opción de reembolsarnos el importe pagado ofrecerá por lo general dos opciones: el reembolso del importe del recambio adquirido o el cambio por otra unidad que se ajuste a las necesidades que tenemos.
A la hora de adquirir un recambio original debemos saber que este elemento debe estar permitido por el Código de Circulación. Para ello debe constar de manera clara la marca del fabricante y la correspondiente homologación del Ministerio de Industria, cuando sea el caso. Si se trata de piezas pequeñas en las que no sea posible incluir estos detalles, los datos deben figurar en etiquetas o en el paquete que las contenga, para asegurar su calidad y legalidad. La garantía puede verse alterada por algunos factores, por lo que es conveniente informarse bien antes de adquirirla para evitar malos entendidos o disgustos posteriores.
Cuando vayamos al desguace debemos saber con exactitud lo que necesitamos. No solo el año de fabricación de tu vehículo, también el código de referencia del repuesto que buscas. Consulta en webs de recambios para comprobar y asegurarte del modelo correspondiente respecto a la marca y versión del vehículo, su año de fabricación, tipo de combustible, cilindrada y caballos del motor. Antes de dar vueltas por la campa pregunta en el mostrador, ya que ellos tienen un programa informático en el que saben todo lo que guardan en su almacén e instalaciones y podrás ahorrar tiempo. Utiliza para tu visita ropa vieja o de trabajo ya que un desguace es una zona de acumulación de suciedad y grasa, además de que los vehículos pierden líquidos y es muy fácil acabar ensuciándote. No olvides que en estas compras están obligados a hacerte una factura ya que las piezas incluyen el IVA.
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